Tantos canales de tv. y a nadie se le ocurre emitir esta excelente película.
En 1999, Lynch dirigió un pequeño proyecto, no escrito por él, sino por su compañera Mary Sweeny; se trataba de contar la peripecia real de un anciano de más de ochenta años, que durante varios meses, recorrió en su cortacésped, la distancia que le separaba de su hermano, con quien hacía años que no se hablaba, para verle, tras un infarto sufrido por éste. Ese viaje, constituyó para mí en una experiencia mágica como espectador, y su magnífica banda sonora en un nexo con su gran calidad en su fotografía.
En definitiva una película para ver sólo o acompañado una tarde de Domingo lluviosa.
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