David Knopfler, rock tranquilo
El veterano fundador de «Dire Straits» abre en la Laboral su gira española con un concierto donde hizo guiños a su antiguo grupo.
A David Knopfler, fiel a un estilo y a la línea de trabajo que se impuso hace ya más de tres décadas, cuando consumó la ruptura con los «Dire Straits», no parece pesarle la cercanía de los sesenta años. Así lo demostró ayer en el teatro de la Laboral, con el primer concierto peninsular de su gira «Electric Guitar Spanish Tour», en el que desplegó, ante más de mil personas, los sonidos de su rock sin estridencias, una música que se fraguó y consolidó en los crisoles de los setenta con raíces y estímulos de diversa procedencia.
Y es que a este escocés tranquilo nunca le gustaron los tratos gratuitos con el tiempo, ese juego de las famas conservadas en formol y explotadas una y otra vez gracias a las artes, o a las malas artes, de la mercadotecnia. La explicación puede estar en que siempre ha preferido mirar hacia el horizonte que entretenerse con las entretelas del pasado, como ha confesado más de una vez. Lo demostró con su sereno portazo de 1980.
Los cronistas de las cruzadas del rock dicen que se perdió los años triunfales de «Dire Straits», el grupo que ayudó a fundar en los setenta junto a su hermano Mark. Nunca le ha dado demasiada importancia, sin embargo, a esa historia.
Repasó, por ejemplo, temas del repertorio inicial de «Dire Straits» y recordó sus orígenes de barrio, cuando la música aspiraba aún a dar cuenta de las espesuras cotidianas y de los sueños de algo mejor.
Después del concierto se ofreció al publico a una firmas de autografos y tuvimos el privilegio de estrecharle la mano y verle .